09 mayo 2006

Lisboa, sus calles, sus negros y su arte



bueno,queridos montevideanos
la fortuna ha querido una vez mas q' mi alma y mis zapatos vayan
a dar a otra tierra hermosa y entrañable
y eso es p'q tiene empedrados y cuestas
castillos y tranvias
y bares de esos donde nos recreamos
dibujando a sus borrachos
hebrios
y
dormidos

ahi estuve abrazado a mis cuadernos .......................
mirando todo desde dentro de la piel
esperando q' todo quedara grabado
cuando finalmente
me pusiera a dibujar...

es cierto, al final el tiempo nunca alcanza
para mas de dos... o tres bocetos siempre inconclusos
pero siempre queda
cierta satisfaccion de lo vivido
y de saber q' ese instante de dejar hablar del alma
valio la pena
una vez mas ...

espero q' las aprecien, hoy, fui sus ojos en lisboa ...






4 comentarios:

Anónimo dijo...

maestro camino-dibujante, son muy buenos estos dibujos ,especialmente me gusta el primero tiene una luz muy radiante ,parece un edificio noble de los de antaño erguido sublime recibiendo el sol radiante y atlantico.
pero son todos buenos ,alguna vez estaria bien q te cuelgues alguno malo o un escacho para variar.
saludos ,martin

el Collage dijo...

q' es un dibujo escacho?

te parece q' llegare a pintar algun dia?

gracias x el apoyo

Anónimo dijo...

escracho quise decir .
con respecto a si pintaras alguna dia mi respuesta es que si pibe vas bien ,tenes un don ,otros tenemos q currarnoslo mas.
no te lo plantees tanto y agarra los pinceles.
martin

Anónimo dijo...

Exelentes!
Me gustan muchísimo y me alegra mucho estar cerca por medio de los dibujos que siempre hablan de una mística especial, muestra nuestros distintos momentos en la vida y hablan de cierta visión que a lo largo del tiempo va dejando su impronta y marcando un camino que podemos recorrer no sólo nosotros sino todos. A veces oscuro, aunque la oscuridad no es falta de luz sino falta de iluminación y para eso hace falta vaciarse.
Se que a veces podemos estar mal pero sin embargo la necesidad de transmitir anque con silencio se cocina en lo más profundo del ser para luego renacer y volver a morir.